El icónico best-seller conocido como «La Crema de Terciopelo Francesa», La Crema Rica, ahora encarna una nueva fusión de activos para un atractivo sensorial y un rendimiento aún mayores. Su fórmula ha sido enriquecida con ocho veces más Triple Colágeno, cinco veces más Agua de Manantial de La Foux y un nuevo ingrediente estrella, GLUCOSKIN 𝑥³, conocido por sus notables propiedades de alto rendimiento. En la cima de su experiencia, EviDenS de Beauté rinde homenaje a la filosofía japonesa del Kaizen, que celebra la búsqueda perpetua de la perfección.
La Crema Rica: La máxima expresión del amor en una caricia ultrasensorial
En la cima de su
experiencia, EviDenS de Beauté rinde homenaje a la
filosofía japonesa del Kaizen, el arte de la mejora continua, creando una
crema hidratante de lujo que redefine el
cuidado antiedad.
Prueba clínica: La piel como reflejo de la eficacia de EviDenS de Beauté
Esta crema hidratante de alta precisión transforma la piel desde la primera aplicación. El cutis se ve más liso, los rasgos se suavizan y la luminosidad se reactiva al instante. Cada aplicación se convierte en un ritual calmante de regeneración.
La Crema Rica libera todo el poder de su fórmula con resultados visibles y tangibles desde la primera aplicación:
• El 100 % de las usuarias confirman que La Crema Rica nutre y aporta confort al instante
• El 100 % nota que su piel se siente suave, sedosa y aterciopelada durante horas
• El 95 % afirma que La Crema Rica alisa visiblemente la piel y reduce las arrugas y signos de la edad
* Estudio clínico realizado en 21 mujeres con piel sensible y arrugas, durante 4 semanas, en condiciones normales de uso.
Con su exclusiva Trinidad de ingredientes, La Crema Rica ofrece
resultados visibles y comprobados, convirtiéndose en una
crema hidratante esencial para quienes buscan una piel hidratada, joven y radiante.
El Saho Essencial: Un ritual diario
El Saho Essencial, un ritual coreografiado inspirado en la
tradición japonesa de belleza. La Crema Rica es el paso final: sella los activos, nutre intensamente y envuelve la piel en suavidad aterciopelada. Más que una
crema hidratante, es un gesto diario de autocuidado, una pausa lujosa y un tributo a la belleza de la piel como el reflejo último del amor.